Están especialmente bien adaptadas a climas cálidos y secos, aunque también existe un buen número de especies con buena resistencia demostrada a climas fríos. Debido a su bajo mantenimiento son ideales para principiantes. A continuación te mostraremos una serie de consejos muy simples para que puedas empezar hoy mismo los cuidados de un cactus.
Las cactáceas, más conocidas popularmente como cactos, cactus o cacti, es una familia originaria de América. Se han vuelto muy populares como planta ornamental en todo el mundo, debido sin lugar a dudas a su elevada tolerancia a las condiciones climatológicas adversas y temperaturas extremas.
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Cuidados de un cactus en invierno.
Los cactus tienen unas necesidades diferentes en invierno con respecto al resto del año. Para enfrentar las condiciones heladas, es decir, las temperaturas bajo cero, los cactus han sido provistos de un mecanismo que los induce a una especie de letargo para evitar el traspaso de agua al medio, es decir, su demanda de recursos hídricos tiende a cero.
Es por eso que debemos espaciar mucho los riegos, y en función de la especie y la temperatura media a lo largo del año, a lo mejor suprimirlos por completo. Lo más importante es mantener en la medida de lo posible la humedad alejada del suelo, con el fin de que las raíces no se pudran.
El suelo deberá tener un drenaje adecuado, siendo muy conveniente la piedra volcánica en el fondo. Algunas especies en condiciones de frío excesivo o humedad relativa alta, parecerán marchitas y enfermas, pero nada más lejos de la realidad, con la llegada de los primeros días de la primavera volverá a tomar el vigor que le caracteriza… Como nota final, aclarar que ningún caso se recomienda realizar trasplantes en la época invernal.
Cómo revivir un cactus.
Esta familia de plantas, la mayoría espinosas, encuentran en los áridos desiertos su clima ideal para el mejor cuidado de un cactus. Su capacidad adaptativa supera y con creces el de otras muchas plantas que pueblan la tierra, y es por ello que existen métodos, más o menos eficaces, para devolver la vida a un cactus enfermo o marchito.
En primer lugar, debemos identificar las causas que le han llevado a ese estado, y en segundo lugar intuir si realmente es recuperable o no. Si se ve totalmente seco, es decir, de color enteramente marrón o negro, es muy probable que esté completamente muerto y nada se puede hacer por él. Sin embargo, si este color y aspecto solo se aprecia en algunas zonas, es muy probable que podamos revivirlo.
Básicamente, procederemos a un riego abundante, pero que no encharque la maceta. Procederemos a ubicar la planta, con sumo cuidado, en tierra nueva, para descartar fitopatologías procedentes de la misma. Para esto usaremos una parte de turba con otra de arena gruesa o piedra volcánica. Vigilar la temperatura ambiente y cubrirlo con un pequeño toldo si fuera preciso, para evitar que las corrientes de aire frío sigan secándolo. Y por último usar un fertilizante apropiado para cactus bajo en nitrógeno.
Iluminación del cactus.
Las demandas lumínicas de los cactus, como podrás imaginar, son altas. Aun así, y como pauta general, es mejor que los rayos del son no incidan directamente sobre la planta, pero sí que pueda disfrutar de una ventana horaria con luz solar de al menos 5 h al día. Normalmente, los cactus, cuanto más grandes son, mejor toleran la luz solar directa.
Sustrato para los cuidados de un cactus.
Los cactus requieren de un alto drenaje. En floristerías y tiendas especializadas podemos encontrar sustratos ya preparados para nuestros cactus. Estos sustratos son muy porosos, evitando así la compactación y fomentando que el oxígeno llegue hasta las raíces, pero a su vez debe retener algo de humedad para que estés a disposición de la planta, así como fomentar la retención de nutrientes.
Las mezclas ideales, que son las que solemos encontrar en tiendas especializadas, están compuestas de una parte de turba y una parte de fibra de coco, o algo más que una parte de fibra de coco. Esto como pauta general, pero luego cada especie puede tener demandas de suelo ligeramente diferentes entre sí.
Regar cactus.
Las necesidades hídricas de los cactus son pequeñas, y, por tanto, debemos ser muy cautelosos con los riegos. En la época estival, si vivimos en una zona de temperaturas altas, procederemos a regarlos como máximo una vez cada tres días, o cuando veamos la superficie del sustrato totalmente seco. No realizar riegos cuando los rayos del son estén incidiendo de forma directa en la planta. En invierno bastará con que la tierra permanezca húmeda. Es de vital importancia para la planta que no aneguemos nunca el sustrato, para evitar la podredumbre en la raíz.
Abono para los cuidados de un cactus.
El hecho de que sean plantas semidesérticas o desérticas no significa necesariamente que no requieran de nutrientes como otras plantas. Al estar dispuestos sobre suelos muy pobres en nutrientes con un gran porcentaje de arena, y tras frecuentes riegos que van lavando el mismo, la planta ve agotados sus recursos, lo que puede conllevar a un crecimiento muy lento y deficiente.
Antes de la floración optaremos por productos ricos en potasio, mientras que para el resto del año optaremos por abonos genéricos y equilibrados que contengan todos los elementos minerales habituales. Decir que son especialmente sensibles al exceso de nitrógeno.
Trasplante cactus.
Como habrás podido comprobar, los cuidados de un cactus no esconde demasiados misterios, como tampoco lo hace su trasplante. Lo realizaremos preferiblemente en primavera, cuando la superficie del mismo abarque ya la completa totalidad del diámetro del tiesto sobre el que se erige. Procederemos a incorporar en otra maceta más grande una mezcla nueva de sustrato, y en ella introduciremos el cactus que manejaremos con especial cuidado, evitando romper el cepellón.